HR Watch/Americas sobre
ayuda militar a Colombia

Para publicaci¢n inmediata 16 de julio de 1997 6:00 am Hora de Washington  

	          Para mayor informaci¢n:                Dr. Jos­ Miguel Vivanco                     
202-371-9292 (Washington, D.C.)                     582-503-5000 (Caracas 
Hilton)  

	Human Rights Watch/Americas se pronuncia frente a la ayuda militar 
a Colombia  

	 En relaci¢n al debate que se ha suscitado en torno a las polÁticas de 
ayuda militar de los Estados Unidos a las Fuerzas Armadas y la PolicÁa 
Nacional en Colombia, Human Rights Watch/Americas declara:  

	1.   Las actuales polÁticas que regulan la ayuda militar para combatir 
el narcotr fico en Colombia fueron aprobadas el aÛo      pasado por el 
Departamento de Estado gracias a la iniciativa del Senador Patrick Leahy, de 
Vermont, y miembros de la      C mara de Representantes, preocupados por 
las violaciones a los derechos humanos en Colombia y la falta de      
garantÁas mÁnimas de imparcialidad y debido proceso en el fuero militar 
frente a los procesos penales de altos oficiales      acusados de cometer 
atrocidades.  

	2.   El texto de la llamada enmienda Leahy, del 30 de septiembre de 
1996 seÛala lo siguiente:  

	     Los fondos otorgados bajo (la ley de ayuda extranjera para 
combatir el narcotr fico) no pueden destinarse a      unidades de las fuerzas 
de seguridad de otro paÁs si el Secretario de Estado tiene evidencias 
creÁbles que      estas unidades han cometido serias violaciones a los 
derechos humanos, salvo que el Secretario determine e      informe al 
(Congreso) que ese gobierno est  tomando los pasos necesarios para llevar a 
los responsables de      dichos abusos a la justicia.  

	3.   Debido a las numerosas violaciones a los derechos humanos 
cometidas por las Fuerzas Armadas de Colombia, la      administraci¢n del 
Presidente Bill Clinton decidi¢ aplicar la enmienda Leahy a toda la 
asistencia que reciben las      Fuerzas Armadas y policiales de Colombia, 
incluyendo $70 millones de d¢lares en armas, municiones, vehÁculos y      
entrenamiento suspendido a raÁz de la decertificaci¢n. En su carta al 
Senador Leahy anunciando esta decisi¢n, la      Secretaria de Estado Madeline 
Albright dice en t­rminos claros y firmes que "es nuestra polÁtica no enviar 
fondos a      autoridades o instituciones responsables por violaciones a los 
derechos humanos". Con esta decisi¢n, el gobierno de      los Estados Unidos 
enfatiza la importancia del tema de los derechos humanos en las relaciones 
bilaterales entre ambos      paÁses.  

	4.   Seg£n el Dr. Jos­ Miguel Vivanco, Director Ejecutivo de Human 
Rights Watch/Am­ricas, "los requisitos actualmente      vigentes en la 
enmienda Leahy constituyen un mÁnimo de lo que un paÁs que dona material 
b­lico a otro, cualesquiera      sean los objetivos que se persigan, debe 
exigir. Ning£n objetivo por valioso que sea justifica la violaci¢n de los      
derechos humanos."  

	5.   Si existen acusaciones creÁbles o fehacientes de violaciones a los 
derechos humanos sin que haya un proceso judicial,      los EE.UU. pueden 
interrumpir la ayuda militar a Colombia. De ninguna manera se est  
proponiendo "la entrega" de la      justicia colombiana a terceros o dar 
credibilidad a quejas sin fundamento, como el Ministro de Defensa ha 
seÛalado,      sino apoyando y promoviendo procesos justos e imparciales 
frente acusaciones serias de violaciones a derechos      humanos.  

	6.   Es muy preocupante pero a la vez revelador que la PolicÁa Nacional, 
la Armada y la Fuerza A­rea han aceptado las      condiciones de la enmienda 
Leahy, pero el Ej­rcito -- que dicho sea de paso, tiene el peor r­cord de 
violaciones a los      derechos humanos -- ha rechazado en­rgicamente 
dichas condiciones. En cambio, la PolicÁa Anti-Narc¢ticos, que tiene      un 
buen r­cord en el campo de los derechos humanos, lo cual no ha debilitado su 
valiosa labor combatiendo al      narcotr fico, los ha aceptado sin 
comentarios. Seg£n la revista Semana, el General Rosso Jos­ Serrano al 
respecto      dijo:  

	     "Para mÁ la situaci¢n siempre ha sido muy clara. Si uno de mis 
policÁas viola los derechos humanos, yo      simplemente lo boto".  

	7.   Es lamentable que los altos oficiales del Ej­rcito Colombiano no 
est­n dispuestos a asumir este compromiso b sico. El      respeto a los 
derechos humanos ha mejorado la credibilidad de la PolicÁa Anti-Narc¢ticos 
tanto a nivel nacional como      internacional. Por esta raz¢n, Human Rights 
Watch/Am­ricas no se opone a la ayuda militar para la PolicÁa Anti-
Narc¢ticos.  

	8.   El sentido de la enmienda Leahy se encuadra en una preocupaci¢n 
legÁtima y constructiva de la comunidad      internacional por la impunidad y 
la defensa de los derechos humanos en Colombia. No debe ser descalificada 
con el      pobre argumento de que constituirÁa una intervenci¢n en los 
asuntos internos de Colombia. La defensa irrestricta de los      derechos 
humanos se encuentra tambi­n consagrada en la Constituci¢n de Colombia, 
hecho que aparentemente      ignoran algunos cÁrculos castrenses.  

	                                    * * *  

	 Human Rights Watch/Americas (ex-Americas Watch) Human Rights 
Watch es una organizaci¢n no gubernamental creada en 1978 a fin de 
proteger y promover el respeto a los derechos humanos reconocidos 
internacionalmente en Africa, las Am­ricas, Asia, el Oriente Medio, y entre 
los signatarios de los acuerdos de Helsinki.  Recibe apoyo financiero de 
individuos y fundaciones privadas.  No recibe ning£n apoyo gubernamental, 
directo o indirecto.  Kenneth Roth es el Director Ejecutivo y Robert L. 
Bernstein es Presidente del Comit­ Ejecutivo del Directorio.  La divisi¢n de 
las Am­ricas fue creada en 1981 a fin de supervisar y promover el respeto 
de los derechos humanos en Am­rica Latina y el Caribe.  Jos­ Miguel 
Vivanco es el Director Ejecutivo y Stephen L. Kass es Presidente del 
Directorio de Human Rights Watch/Americas.  

	
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