Doctor Ernesto Samper Pizano
Presidente de la República de Colombia
Palacio de Nariño
Bogotá
Colombia
Fax 571-286-7454
April 23, 1998
Dear Mr. President,
Last Saturday, April 18 1998, the distinguished Colombian lawyer
and human rights defender Eduardo Umaña Mendoza was murdered
in his office in Bogotá. Less than two months earlier, on February 27,
Jesús María Valle, lawyer and President of the Antioquia Committee
on Human Rights, was murdered under similar circumstances in his
Medellín office. In just a few days time is the first anniversary of the
murder of Mario Calderón, Elsa Alvarado, and her father, Carlos
Alvarado, in their Bogotá home during the early morning hours of
May 19, 1997. Associated with the Center for Research and Popular
Education (CINEP), the well-known institute founded by Jesuits in
Bogotá, Mario and Elsa were carrying out important activities in
defense of human rights and the environment. In the last eighteen
months, more than twenty people dedicated to the defense of human
rights have been assassinated, and others have had to leave the
country due to threats and imminent danger.
This dramatic succession of murders of human rights activists
aggravates the worrisome situation of violence and impunity that
Colombia has been undergoing for several years. The international
community is increasingly concerned about this deteriorating
situation which should be brought to an end in accordance with the
full force of the rule of law. This past April 20, at the meeting of the
United Nations' Commission on Human Rights in Geneva, a minute of
silence was observed as an extraordinary gesture to honor the
memory of Doctor Umaña, to insist on respect for defenders of
human rights, and to press for the substantial improvement of the
Colombian situation.
Well aware of the great value and enormous potential of Colombian
society, we grieve over the widespread abuse to which it is
subjected. Therefore, we feel obligated to join the international
outcry, calling for an end to murders in Colombia, in particular of
those who defend human rights. Respect for human rights is a basic
condition for the democratic development of any country. At risk of
losing its human rights defenders, Colombian society is becoming
increasingly vulnerable in the face of these violations.
Therefore, we respectfully, but determinedly, ask the Colombian
government and its authorities to guarantee the rule of law and
fulfill its role as protector of the rights to life and justice. It is
necessary that immediate and effective measures be undertaken
democratically so that these painful crimes be stopped once and for
all and that they not go unpunished.
Doctor Ernesto Samper Pizano
Presidente de la República de Colombia
Palacio de Nariño
Bogotá
Colombia
Fax 571-286-7454
23 de abril de 1998
Estimado Señor Presidente:
El pasado sábado 18 de abril de 1998 fue asesinado en su oficina en
Bogotá el abogado Eduardo Umaña Mendoza, destacado defensor de
derechos humanos en Colombia. Menos de dos meses antes, el 27 de
febrero, había sido asesinado en similares condiciones en su oficina
en Medellín el abogado Jesús María Valle, presidente del Comité de
Derechos Humanos de Antioquia. En pocos días se cumple un año del
asesinato de Mario Calderón, Elsa Alvarado y su padre, Carlos
Alvarado, ocurrido en la madrugada del 19 de mayo de 1997 en su
vivienda en Bogotá. Mario y Elsa realizaban importantes actividades
en la defensa de los derechos humanos y del medio ambiente y
estaban vinculados al Centro de Investigación y Educación Popular
-CINEP-, reconocido instituto fundado por los jesuitas en Bogotá. En
los últimos dieciocho meses, más de veinte personas dedicadas a la
defensa de los derechos humanos han sido asesinadas, y muchas
otras han tenido que abandonar el país por riesgos o amenazas.
Esta dramática sucesión de asesinatos de defensores de derechos
humanos agrava la muy alarmante situación de violencia e
impunidad que vive Colombia desde hace varios años. Es creciente la
preocupación de la comunidad internacional por este deterioro, que
debería ser detenido mediante la plena vigencia del Estado de
derecho. La Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en
Ginebra decidió el último 20 de abril observar un minuto de silencio
como un gesto extraordinario para honrar la memoria del doctor
Umaña, insistir en el respeto a los defensores de derechos humanos y
urgir el mejoramiento sustancial de la situación en Colombia.
Conscientes de los inmensos valores y potencialidades de la sociedad
colombiana, y dolidos por la impotencia y el abuso al que se
encuentra sometida, sentimos el deber de unirnos a este clamor
internacional y hacer un llamado a que cesen los asesinatos en
Colombia, en particular los de defensores de derechos humanos. El
respeto de los derechos humanos es condición básica para el
desarrollo democrático de un país. Expuesta a perder sus defensores
de derechos humanos, la sociedad colombiana está quedando cada
vez más desprotegida frente a las violaciones.
Por ello, solicitamos respetuosamente pero con profunda convicción
al gobierno y a las autoridades colombianas garantizar el Estado de
derecho, cumpliendo su papel protector de los derechos a la vida y a
la justicia. Es necesario que democráticamente se tomen medidas
inmediatas y eficaces para que estos dolorosos crímenes terminen de
una vez y no permanezcan impunes.
Nancy Hahn
Sr. Administrative Assistant
Kellogg Institute
204 Hesburgh Center
Notre Dame, IN 46556
Tel: 219-631-7816
Fax:219-631-6717
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